El mensaje entero de la Biblia se resume magníficamente
en tan solo dos versos:
Porque de tal
manera amó Yahuwah al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió
Yahuwah a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por Él.(Vea San Juan 3:16-17)
Yahuwah creó un mundo maravilloso. Después de crear este
perfecto planeta y llenarlo con todas las cosas buenas, su acto más elevado fue
la creación de dos individuos en la
imagen del propio Creador.
“Y creó Elohim al
hombre a su imagen, a imagen de Elohim lo creó; varón y hembra los creó. (Las Escrituras, Génesis 1:27)
¡Formado en la imagen del Creador! Uno con la mente
divina. Puro y perfecto en cada detalle – este era el plan divino y el origen
de la raza humana.
Entonces fue destruido. A través de Satanás, el “adversario”
de Yah y el hombre, nuestros primeros padres fueron tentados a quebrantar la
ley divina. Cuando ellos escucharon al tentador y desviaron su lealtad de su
Creador a Su enemigo, una transformación lamentable ocurrió.
Sus pensamientos y sentimientos, formados en la imagen
divina, se volvieron esclavos de su nuevo maestro, Satanás. Los pensamientos y
sentimientos de la raza humana reflejarían, de ahí en adelante, la malvada
imagen de Satanás.
Fue una emergencia de una escala sin precedentes. Las Escrituras
son muy claras:
“Cualquiera que comete pecado,
traspasa también la ley; pues el pecado
es transgresión de la ley.” (1 San
Juan 3:4)
El castigo por traspasar la Ley divina es, y siempre ha
estado, la muerte.
Porque la paga del pecado es
muerte; mas el don de Yahuwah es vida eterna en el Ungido Yahushua nuestro
Maestro.
(Vea Romanos 6:23)
Fue para salvar la humanidad de las consecuencias del
pecado, que Yahuwah y Su Hijo, Yahushua, se unieron en un pacto sagrado para
salvar la humanidad a cualquier costo a ellos mismos.
La belleza del corazón amoroso del Padre es que mientras
El odia el pecado, El ama al pecador.
‘ ¡Porque yo
no quiero la muerte del que muere, dice el Soberano Yahuwah, convertíos, pues,
y viviréis!’ (Vea
Ezequiel 18:32.)
La Ley divina no puede ser alterada. “..La ley a la
verdad es santa, y el mandamiento es santo, y justo, y bueno.” (Romanos 7:12)
La santa y justa Ley de Yahuwah es una reflección de Su
propio carácter. Alterar-lo implicaría que Yahuwah mismo no es perfecto.
Por lo tanto, la Ley divina no podía ser alterada, ni
siquiera para salvar pecadores. Satanás sabía esto. El estaba contando con ello. La muerte de Adam y Eva, como castigo de su pecado,
plantaría dudas en las mentes de los ángeles que no había caído y daría a
Satanás una apertura para acusar nuestro Creador de ser duro y cruel.
Pero el Padre y el Hijo estaban preparados para enfrentar
la crisis. Desde tiempo inmemorial, Ellos guardaban en reserva una solución.
Era un secreto, guardado en silencio a través de los milenios en caso de que la
necesidad surgiera alguna vez.
Esta solución fue una sorpresa que dejó a Satanás completamente
pasmado. El estaba totalmente desarmado para la divina respuesta ofrecida para
afrontar le emergencia satánica.
Satanás no estaba preparado para la GRACIA.
Gracia es “el amor
y favor gratuito y desmerecido de [Elohim], el manantial y origen de todos los
beneficios que el hombre recibe de El. … [Es] la aplicación de la justicia [de
Yahuwah] al pecador.” (Noah Webster, Diccionario Americano de la
Lengua Inglesa, 1828)
El universo nunca antes había presenciado gracia. En un
ambiente perfecto y sagrado, nunca se había necesitado de ella. Gracia es el demérito,
y desmerecido favor de Yahuwah, derramado encima de cada pecador culpable.
Alabanzas a
Yahuwah, “…cuando
el pecado abundó, sobreabundó la gracia”(Romanos 5:20)
Tan pronto como había pecado, había un Salvador. La
solución divina para la crisis fue que el propio Hijo de Yahuwah se presentaría
como el Substituto. Yahushua moriría en lugar del hombre para que el hombre,
perdonado y restaurado al favor divino, pudiera heredar vida eterna.
Yahushua, el Sol de Justicia,
vino para traer luz a las mentes entenebrecidas por el pecado, para revelar la
belleza de su carácter divino, escrito
en la Ley de Yah.
“El pueblo asentado en
tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte, luz les
resplandeció. “
(San Mateo 4:16 RVG)
Mientras que la Ley divina no puede ser alterada, Amor
infinito ha hecho provisión dentro de la Ley para salvar pecadores sin cambiar
la Ley…pero a través de un inmenso sacrificio personal al Creador.
Cuando preguntado, Yahushua resume la Ley declarando:
«Amarás
a Yahuwah tu Eloah con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. Éste
es
el primero y grande mandamiento.” (San Mateo
22:37-38).
Entonces el Salvador añadió la razón por la cual Él
estaba dispuesto a morir por los pecadores:
» Y el segundo
es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos pende toda la ley y los profetas.» (San Mateo 22:39-40)
Cuando Yahushua voluntariamente entregó Su vida para
redimir a los culpables, ambos el Padre y el Hijo nos amaban, incluso en
nuestra condición caída y pecaminosa, más que a Si Mismos. Eso es gracia, escondido
en la Ley divina.
» Pero Yahuwah
demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Yahushua
murió por nosotros.” (Romanos 5:8)
Yahushua es el sustituto del hombre tanto en la muerte
como en la vida. El vivió una vida de perfecta obediencia a la Ley divina. Al
final, El entregó Su vida y los pecados de la raza humana fueron cargados
encima de El.
Fue
despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en
aflicción… El llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores;… El
fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre El,
y por sus heridas hemos sido sanados.
Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino;
pero Yahuwah hizo que cayera sobre El la iniquidad de todos nosotros. . . . Por
su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las
iniquidades de ellos. . . con los transgresores fue contado, llevando El
el pecado de muchos, e intercediendo por los transgresores. (Vea Isaías 53: 3-6, 11-12.)
Cada pecado, jamás cometido por todos los que han alguna
vez vivido o vivirán, fue cargado encima de Yahushua. El sintió la culpabilidad
acumulada de todas las épocas. Fue esta sensación de culpa, dolor emocional y
dolor de separación de Su Padre, que tan rápidamente extinguieron la vida de
Yahushua en la cruz del calvario.
¡La maravillosa noticia es que Yahushua no permaneció en
la tumba! Aunque El murió como nuestro substituto por nuestros pecados, El
mismo estaba sin pecado. ¡Por esto, por la Ley, Yahuwah tenía el derecho de
resucitar a Su Hijo de vuelta a la vida!
» Por lo cual
El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se
acercan a Yahuwah, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
Porque convenía que tuviéramos tal sumo sacerdote: santo, inocente, inmaculado,
apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos,» (Hebreos
7:25-26)
Por virtud de las leyes hereditarias, cada hijo o hija de
Adam y Eva estaba condenada a pecar y a sufrir el castigo del pecado: la
muerte.
Sin embargo, debido a la muerte de Yahushua, se nos ha
dado a todos una segunda oportunidad: El tiempo de probación para escoger por
nosotros mismo si queremos ser leales a nuestro amoroso Creador, o continuar en
rebelión con el archi-enemigo, Satanás.
El propósito del plan entero de Salvación abarca mucho
más que pagar nuestro precio de rescate para redimir los pecadores del poder de
Satanás. Ello incluye la RESTAURACIÓN de los pecadores de vuelta a la imagen de
Yah.
Como un fiel creyente declaró tan elocuentemente:
Ser redimido, pero continuar siendo un esclavo de nuestra
naturaleza caída no es verdadera salvación. Para ser enteramente salvo, debemos
ser recreados una nueva criatura. Esto se hace tan solo con la fe en el
Redentor y Su Justicia.
Y El os dio vida a
vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados…Pero Yahuwah, que
es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando
estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida…Porque por gracia habéis
sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de
Yahuwah; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya,
creados en Yahushua el Ungido para hacer buenas obras, las cuales Yahuwah
preparó de antemano para que anduviéramos en ella. (Vea Efesios 2:1-10)
A través de la muerte de Yahushua, el Creados se vuelve
el Re-Creador. Se lleva a cabo una
maravillosa transformación.
Cuando nos rendimos enteramente a Yahushua, El vivirá Su
vida en y a través de nosotros.
Porque el amor de Yahushua nos
constriñe, pensando esto: …por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos. De modo que si alguno está en Yahushua el
Ungido, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas
nuevas. Y todo esto procede de Yahuwah, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio de Yahushua…que Yahuwah estaba en Yahushua reconciliando al mundo consigo
mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha
encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Al que no conoció
pecado, le hizo pecado por nosotros, para que hechos justicia de Yah en El.
(Vea Corréntianos 5:14-19, 21)
Verdadero Cristianismo Bíblico es puesto a parte de toda
religión sobre la Tierra porque la salvación viene a través de rendirse, en vez de logros personales.
Como hijos arrepentidos de Yah:
- Por fe, aceptamos la muerte de Yahushua en nuestro
lugar. - Por fe, aceptamos la justicia de Yahushua para
cubrir nuestros defectos y fallos. - Por Fe, nos volvemos gente nueva, restaurada a la
imagen de Yahuwah.
Porque yo por la
ley soy muerto a la ley, a fin de que viva para Yahuwah. Con Yahushua
estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Yahushua vive en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Yahuwah, el cual
me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Vea Gálatas 2:19-20.)
La Ley divina es demasiado Sagrada, demasiado pura, para
que nadie la alcance por sus propios esfuerzos. Tal transformación es un regalo
divino, dado a aquellos quienes la acepten por fe.
Ahora, pues,
ninguna condenación hay para los que están en Yahushua el Redentor, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu
de vida en Yahushua me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque
lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Yahuwah,
enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la
justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la
carne, sino conforme al Espíritu. (Vea Romanos 8:1-4.)
El Tiempo es corto y el tiempo de probación pronto se
cerrará. Ahora, mientras la invitación todavía esta abierta, escoge por ti mismo
rendir todo a tu Redentor. El te recibirá como Su hijo, Su hija y te recreará
en Su propia imagen.
«Si
oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones….» (Hebreos 3:7-8, RVG)
«He aquí, yo estoy a
la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20, RVG)
Le imploramos, amadísimo, ríndelo todo a Yahushua.
Retorna el amor que ha sido gratuitamente derramado encima de ti. Encomiéndate a Su cuidado. ¡No hay un gozo
mayor, ni paz más profunda!
» Y ésta es la promesa que Él nos hizo – la vida
eterna.» (1 San Juan 2:25, RVG)
La decisión es tuya….